La Educación no puede ser fuente de Lucro


Por Yadira Pino

La educación es un derecho humano y por Constitución en Panamá el Estado reconoce que todas y todos tienen derecho a la educación y la responsabilidad de educarse. Y si bien la Constitución también reconoce la libertad de enseñanza y la creación de centros docentes particulares, estos están sujetos a la ley. La ley orgánica de educación en nuestro país, establece que la educación es pública (por lo que el Estado es quien garantiza, organiza y dirige el servicio público a la educación) Y que ésta puede ser oficial ( la costeada en todo o en parte por el Estado) o particular (sin costo alguno para el Estado). LUCRO es la ganancia o beneficio que se obtiene de una acción o negocio. Hace muchos años en el mundo se viene combatiendo el lucro con la educación, el ejemplo más significativo en los últimos 20 años, ha sido el de Chile, donde los estudiantes han jugado el rol protagónico y decisivo. En Panamá como en el resto del mundo el Estado en lugar de estar vigilante, supervisando o fiscalizado que el sector de la educación particular cumpla con la ley, ha creado una serie de facilidades como subsidios a través de los cuales de destinan montos de dinero para proyectos, salarios docentes, becas, entre otros beneficios directos a quienes obtienen ganancias con la educación, con amplio margen de flexibilidad en la que no importar si dichos centros reúnen los estándares o parámetros para brindar el servicio de la educación y mucho menos si este es de calidad. Sumado a todo eso la corrupción galopante y la ausencia de políticas públicas intencional por parte del régimen politico CORRUPTO que nos gobierna, no sólo es una práctica para hacer negocio, sino también para deteriorar cada vez más la educación oficial, sometida a pruebas estándarizadas que no buscan mejorarla, sino reformarla, para precarizarla más y así justificar el aumento en el financiamiento de la educación particular como alternativa, para salvar la educación nacional.

Usando así la evaluación deficiente de la educación oficial para obligar a la mayoría de la población estudiantil egresada, de este sector, a ajustarse a las reglas del mercado en el campo laboral, controlado por los sectores económicos dominantes que dirigen la educación particular. Sin embargo, la actual crisis ha permitido evidenciar con mayor claridad que la gran brecha de desigualdad social y digital que existe en la educación, no es sólo en la oficial, sino que incluye a la presentada o vendida como la ideal o la panacea: la educación particular, que no ha tenido la capacidad de presentar una segunda alternativa de enseñanza para la educación durante esta pandemia. De modo que, Señor Jean Pierre, elevar los estándares de la educación pública significa, que el Estado cumpla con lo establecido en la Constitución y hacerle justicia social a la mayoría de nuestra niñez y juventud panameña, que es brindar una educación de calidad y sin distinción de ningún tipo; por el contrario, de lo que hay que tener cuidado es que los sectores económicos dominantes a los que usted representa, sigan lucrando como siempre, con la educación, para el beneficio de una élite, de una minoría, porque eso es atentar contra el derecho humano a la educación, a la democracia y demás libertades y derechos sociales que permitan un nivel de vida digno y justo para todas y todos. Estado reconoce que todas y todos tienen derecho a la educación y la responsabilidad de educarse. Y si bien la Constitución también reconoce la libertad de enseñanza y la creación de centros docentes particulares, estos están sujetos a la ley. La ley orgánica de educación en nuestro país, establece que la educación es pública (por lo que el Estado es quien garantiza, organiza y dirige el servicio público a la educación) y que ésta puede ser oficial ( la costeada en todo o en parte por el Estado) o particular (sin costo alguno para el Estado).

LUCRO es la ganancia o beneficio que se obtiene de una acción o negocio.
Hace muchos años en el mundo se viene combatiendo el lucro con la educación, el ejemplo más significativo en los últimos 20 años, ha sido el de Chile, donde los estudiantes han jugado el rol protagónico y decisivo. En Panamá como en el resto del mundo el Estado en lugar de estar vigilante, supervisando o fiscalizado que el sector de la educación particular cumpla con la ley, ha creado una serie de facilidades como subsidios a través de los cuales de destinan montos de dinero para proyectos, salarios docentes, becas, entre otros beneficios directos a quienes obtienen ganancias con la educación, con amplio margen de flexibilidad en la que no importar si dichos centros reúnen los estándares o parámetros para brindar el servicio de la educación y mucho menos si este es de calidad. Sumado a todo eso la corrupción galopante y la ausencia de políticas públicas intencional por parte del régimen politico CORRUPTO que nos gobierna, no sólo es una práctica para hacer negocio, sino también para deteriorar cada vez más la educación oficial, sometida a pruebas estándarizadas que no buscan mejorarla, sino reformarla, para precarizarla más y así justificar el aumento en el financiamiento de la educación particular como alternativa, para salvar la educación nacional.

Usando así la evaluación deficiente de la educación oficial para obligar a la mayoría de la población estudiantil egresada, de este sector, a ajustarse a las reglas del mercado en el campo laboral, controlado por los sectores económicos dominantes que dirigen la educación particular, sin embargo, la actual crisis ha permitido evidenciar con mayor claridad que la gran brecha de desigualdad social y digital que existe en la educación, no es sólo en la oficial, sino que incluye a la presentada o vendida como la ideal o la panacea: la educación particular, que no ha tenido la capacidad de presentar una segunda alternativa de enseñanza para la educación durante esta pandemia. De modo que, Señor Jean Pierre, elevar los estándares de la educación pública significa, que el Estado cumpla con lo establecido en la Constitución y hacerle justicia social a la mayoría de nuestra niñez y juventud panameña, que es brindar una educación de calidad y sin distinción de ningún tipo; por el contrario, de lo que hay que tener cuidado es que los sectores económicos dominantes a los que usted representa, sigan lucrando como siempre, con la educación, para el beneficio de una élite, de una minoría, porque eso es atentar contra el derecho humano a la educación, a la democracia y demás libertades y derechos sociales que permitan un nivel de vida digno y justo para todas y todos.
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